Una mañana mientras mi mamá cocinaba, le pregunté si estaba segura que los hombres no podían volar. Ella respondió que si, que estaba segura y que era imposible que un hombre volara sin ayuda de algún otro medio. No puedo negar que me decepcionó oír aquello y dejé inmediatamente mis precarios intentos por demostrar que era capaz de volar sin algún aparato externo.
Desde ahí hasta el día de hoy había olvidado aquel acontecimiento, y hoy casi 20 años más tarde, lo recordé. Y lo recordé no porque haya intentado nuevamente volar - ya que hacerlo hoy sería digno de un idiota - lo recordé porque hoy, un sábado en donde muchos hacen cosas divertidas yo estoy enfermo, con un dolor intenso, con algo de tos, fiebre y deseando que amanezca para poder ver si iré a ver a un amor.
Hoy escribo esto recordando muchas cosas, como cuando quería ser piloto de fórmula 1 y me preparaba mirando videos de Senna (había muerto el año anterior, así que verlo en vivo era imposible) o le hacia barra a Heinz-Harald Frentzen en su jordan. Era la misma época de mi efímera carrera futbolística y cuando mis amigos vivían a 2 casas de la mía. Hoy muchos años más tarde todo cambió y en un abrir y cerrar los ojos he dejado de soñar con cosas imposibles, ahora sólo sueño con seguir soñando.
Y es que a veces después de tantas decepciones y personas decepcionantes es difícil creer o querer creer que algo bueno nos espera. Sé que santo no he sido, que me equivoco constantemente, que aquel desgarro en el pecho no existiría si anoche hubiese sido responsable y también siento que en estos momentos alguien piensa en mi, ¿Quién? ¡No lo sé!, sólo digamos que lo siento.
Yo era de los que pensaba que en el año 2000 los autos de verdad volarían y que las ciudades estarían en las alturas. Sin embargo, llegó el 2000 y olvidé aquello. Estaba claro que el subdesarrollo tecnológico no llegaría a desarrollarse antes del 2000. Luego, opté por saludar un año 2000 que realmente no sé porque razón (obviamente debe haber sido de idiota), pensé que quizá el beso del milenio me haría cambiar. Pero llegaron las 12 y sólo abracé a mi hermana, quién era siempre la primera persona a quién abrazaba (¡Que triste! antes a las 12 estaba con alguien abrazándome, ahora llevo 2 o 3 años en que al llegar las 12 estoy solo, pues en mi casa somos número impar y prefiero que las parejas se abracen, aunque no puedo evitar sentirme solo)...y del beso me olvidé, tanto que recién ahora lo recordé. Desearía recordar más cosas que me hagan al menos sonreír y (sobretodo en este momento) no me provoquen tenerle miedo incluso a respirar.
Fui un niño feliz, aunque desearía haber hecho más cosas. Me criaron para ser un caballero y lo fuí, siempre respeté, fui correcto y nunca cuestioné absolutamente nada, hasta que un día me aburrí y me transformé en un caballero que lo cuestiona todo y que preferiría conversar con alguien en este momento a esta hora de la noche, que escribir líneas que suenan bonitas pero no me harán sentirme mejor tanto física como emocionalmente.
Todos tenemos cosas que contar y otras que ocultar, lo importante es ser un buen selector, pues ventilar pensamientos puede en el fondo transformarse en un karma, ya que a veces puedes llegar a ser admirado, pero siempre serás incomprendido si no das buenas razones.
Música para degustar: "El gran chaparral"
Desde ahí hasta el día de hoy había olvidado aquel acontecimiento, y hoy casi 20 años más tarde, lo recordé. Y lo recordé no porque haya intentado nuevamente volar - ya que hacerlo hoy sería digno de un idiota - lo recordé porque hoy, un sábado en donde muchos hacen cosas divertidas yo estoy enfermo, con un dolor intenso, con algo de tos, fiebre y deseando que amanezca para poder ver si iré a ver a un amor.
Hoy escribo esto recordando muchas cosas, como cuando quería ser piloto de fórmula 1 y me preparaba mirando videos de Senna (había muerto el año anterior, así que verlo en vivo era imposible) o le hacia barra a Heinz-Harald Frentzen en su jordan. Era la misma época de mi efímera carrera futbolística y cuando mis amigos vivían a 2 casas de la mía. Hoy muchos años más tarde todo cambió y en un abrir y cerrar los ojos he dejado de soñar con cosas imposibles, ahora sólo sueño con seguir soñando.
Y es que a veces después de tantas decepciones y personas decepcionantes es difícil creer o querer creer que algo bueno nos espera. Sé que santo no he sido, que me equivoco constantemente, que aquel desgarro en el pecho no existiría si anoche hubiese sido responsable y también siento que en estos momentos alguien piensa en mi, ¿Quién? ¡No lo sé!, sólo digamos que lo siento.
Yo era de los que pensaba que en el año 2000 los autos de verdad volarían y que las ciudades estarían en las alturas. Sin embargo, llegó el 2000 y olvidé aquello. Estaba claro que el subdesarrollo tecnológico no llegaría a desarrollarse antes del 2000. Luego, opté por saludar un año 2000 que realmente no sé porque razón (obviamente debe haber sido de idiota), pensé que quizá el beso del milenio me haría cambiar. Pero llegaron las 12 y sólo abracé a mi hermana, quién era siempre la primera persona a quién abrazaba (¡Que triste! antes a las 12 estaba con alguien abrazándome, ahora llevo 2 o 3 años en que al llegar las 12 estoy solo, pues en mi casa somos número impar y prefiero que las parejas se abracen, aunque no puedo evitar sentirme solo)...y del beso me olvidé, tanto que recién ahora lo recordé. Desearía recordar más cosas que me hagan al menos sonreír y (sobretodo en este momento) no me provoquen tenerle miedo incluso a respirar.
Fui un niño feliz, aunque desearía haber hecho más cosas. Me criaron para ser un caballero y lo fuí, siempre respeté, fui correcto y nunca cuestioné absolutamente nada, hasta que un día me aburrí y me transformé en un caballero que lo cuestiona todo y que preferiría conversar con alguien en este momento a esta hora de la noche, que escribir líneas que suenan bonitas pero no me harán sentirme mejor tanto física como emocionalmente.
Todos tenemos cosas que contar y otras que ocultar, lo importante es ser un buen selector, pues ventilar pensamientos puede en el fondo transformarse en un karma, ya que a veces puedes llegar a ser admirado, pero siempre serás incomprendido si no das buenas razones.
Música para degustar: "El gran chaparral"
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