Hoy una voz se apagó por un momento que creo fue extenso. No fueron cinco minutos, diría que mis oídos la extrañaron cerca de una hora e incluso pensaron que solamente el recuerdo podría revivirla.
Al principio el silencio fue incómodo y algunos comenzaron a abandonar el monstruo de cuatro ruedas observando hacia el fondo que la voz se había dormido sentada de manera opuesta al sol.
De a poco las canciones, palabras, rezos, oraciones y pensamientos desaparecieron y dieron paso al vacío que acompaña el trayecto de la muerte al cual todos nos dirigimos. Yo estaba ahí y me aterré porque jamás había sentido como sonaba el silencio, como sonaba el eco de gente que hablaba sin escucharse y como se veían aquellos que dicen escuchar pero no lo hacen.
Los asientos comenzaron a botar a sus inquilinos y poco a poco comenzaron a desformarse de angustia. Nuestros asientos quisieron hacer lo mismo y caímos al suelo. Rodamos un par de metros y manchamos nuestros trajes. Nuestras mamás se preocuparon y corrieron hacia nosotros tratando de cubrir con sus brazos lo inevitable que vendría.
Estábamos en eso cuando de a poco el silencio comenzó a extinguirse y el dínamo de la vida comenzó a girar y a brotar vida en aquel lugar, permitiendo que el verde, el amarillo, el rojo, el celeste y el azul dejaran atrás al blanco, al negro y al gris.
En eso estaba cuando desperté y el primer sentido que trabajo fue el auditivo. Trabajaba porque reconocía un sonido lejano que viajaba por el espacio inerte, que tocaba la piel, le daba belleza a la oscuridad y le brindaba vida a lo inerte. Tono a tono, nota a nota, escala a escala, instrumento a instrumento se ordenaban en algo que algunos confundían de nombre. Algunos lo llamaban armonía y otros melodía, pero discusiones sin sentido no me importaban en ese momento...al fin podía decir que había vuelto a nacer.
Música para degustar: "What's The Frecuency, Kenneth?" R.E.M.
Al principio el silencio fue incómodo y algunos comenzaron a abandonar el monstruo de cuatro ruedas observando hacia el fondo que la voz se había dormido sentada de manera opuesta al sol.
De a poco las canciones, palabras, rezos, oraciones y pensamientos desaparecieron y dieron paso al vacío que acompaña el trayecto de la muerte al cual todos nos dirigimos. Yo estaba ahí y me aterré porque jamás había sentido como sonaba el silencio, como sonaba el eco de gente que hablaba sin escucharse y como se veían aquellos que dicen escuchar pero no lo hacen.
Los asientos comenzaron a botar a sus inquilinos y poco a poco comenzaron a desformarse de angustia. Nuestros asientos quisieron hacer lo mismo y caímos al suelo. Rodamos un par de metros y manchamos nuestros trajes. Nuestras mamás se preocuparon y corrieron hacia nosotros tratando de cubrir con sus brazos lo inevitable que vendría.
Estábamos en eso cuando de a poco el silencio comenzó a extinguirse y el dínamo de la vida comenzó a girar y a brotar vida en aquel lugar, permitiendo que el verde, el amarillo, el rojo, el celeste y el azul dejaran atrás al blanco, al negro y al gris.
En eso estaba cuando desperté y el primer sentido que trabajo fue el auditivo. Trabajaba porque reconocía un sonido lejano que viajaba por el espacio inerte, que tocaba la piel, le daba belleza a la oscuridad y le brindaba vida a lo inerte. Tono a tono, nota a nota, escala a escala, instrumento a instrumento se ordenaban en algo que algunos confundían de nombre. Algunos lo llamaban armonía y otros melodía, pero discusiones sin sentido no me importaban en ese momento...al fin podía decir que había vuelto a nacer.
Música para degustar: "What's The Frecuency, Kenneth?" R.E.M.
1 comentario:
No entendí nada!!!
jajaja
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