Hace algunos días se "descubrió" que la imagen real de la beata Laura Vicuña, difería bastante de la que supuestamente fue en realidad. Asunto que provocó en la sociedad en que vivimos que absolutamente nadie ni nada cambiara, pues tanto la iglesia, como sus santos y hasta el mismo "jesús" hace rato carecen de importancia.
Desde hace algunos siglos se viene cuestionando la verdadera razón existencial de los dogmas, trayendo consigo miles de conclusiones que han llegado nada más que a confirmar lo que millones venían pensando sobre la existencia de algún ser divino, lo que se traduce en que lo más probable es que dios no existe o si lo hace no trasciende en la tierra, pues ni siquiera piensa en su creación.
De lo anterior, se desprende que cualquier persona con algo de C.I. y teniendo en consideración hechos científicamente comprobados, se declare anti-relogioso(a). Sin embargo, día a día es común aún encontrar personas que son capaces de dejarlo todo y a todos en fin de seguir lo que su fe les ordena. Aún vemos tipos predicando que tanto amo dios al mundo que envío a su único hijo y que nosotros en vez de agradecérselo y redimirnos para alcanzar un lugar en "el cielo" hacemos todo lo contrario. Son esos mismos tipos que en algunas paredes rayaron de que ignoráramos a los políticos y a la vez siguiéramos a cristo pues él es el único que no miente. Y claro, como no va a mentir si ni siquiera existió.
Desde mi punto de vista, creo que las iglesias para lo único que sirven es para suplir la labor social que gobiernos corruptos no logran cubrir, para así evitar que más seres humanos se lancen a drogas, corrupción, delitos y problemas sociales en general. No obstante, la manera en que instituciones de este tipo llevan a cabo su labor, nos hace cuestionar qué es lo más malo, si tener gobiernos políticamente corruptos o religiones que además de estar basadas en una mentira, aprovechan de mejorar sus cuentas bancarias para comprar aún más cuadros finos. Quizá dios es un crítico de arte y por lo mismo necesita lugares como el vaticano o la mesquita llenos de obras cuyo valor alcanza a cubrir la alimentación de más de 5.000 millones de seres humanos al menos por un día. Si yo fuera dios me aborrecería que me "adoraran" diariamente y que a mi nombre se cometieran delitos y se firmaran cheques para comprar cuadros, restaurar iglesias y pagarle el sueldo a tipos que dicen "casarse" conmigo.
Con respecto al primera párrafo de este texto simplemente me cae una reflexión -aunque parezca algo contradictorio debido a mi constante negativa de la fe familiar- y que es cual sería la gran importancia de esta beata en la humanidad, (o siendo más precisos en chile y argentina, donde creo debe ser donde única y exclusivamente se le conoce) pues además de rezar para que su madre abandonara a su amante no salvó a nadie, no le dio de comer a nadie y mucho menos alteró el ritmo de la historia. Ella -al igual que Teresa de los Andes- no son nada más que personas a las cuales se les atribuyen "milagros" que si bien carecen de explicación lógica, creo tienen más que ver con asuntos de energía o el alma de quien está enfermo en vez de esa cosa llamada fe.
Yo creo que existe algo que nos creó, no distingo si es de origen divino o no, aunque me parece irrelevante y un poco apresurado debido a la duración de nuestras vidas. ¡No podemos consagrar nuestras vidas a algo que ni siquiera estamos seguros de que existe! Además, considero que si de cierta forma aquello que nos creó nos regaló inteligencia, me resulta innecesario "pensar" que necesitamos algo superior que nos cobije, ya que nuestros mayores temores no los provoca la naturaleza, ni el universo, ni nuestros ancestros, sino que quienes estamos vivos y hacemos de este planeta cada día un lugar peor. Todos saben que el dinero es malo y que no debería existir. Es más, incluso sabemos como hacerlo desaparecer, pero en vez de unirnos todos para abolirlo, nos separamos para dividir esas generosas cantidades en nuestros bolsillos. Pues nadie quiere trabajar gratis y todos queremos comprar nuestra imagen de Laura Vicuña, es decir, comprar algo que no es para nada como verdaderamente es o...en este caso...¡fue!
Música para degustar: "Hágalo usted mismo"