En aquellos calurosos días de diciembre pertenecientes a los últimos años de enseñanza básica las clases se extinguían apresuradamente y para matar el tiempo jugábamos con lo que tuviésemos a mano o conversábamos de cosas que considerábamos importantes.
De todos los juegos que disputé el que más recuerdo -y que aún disfruto sólo por la magia y comparación que le atribuyo con la vida misma- es el ludo. Aquel juego donde algunos compañeros ensuciaron su boca maldiciendo un movimiento que les provocaba perderlo todo, aunque olvidaban fácilmente las risas y burlas que les producía ser ellos quienes so convirtieran en arrebatadores. Los victimarios.
En el ludo todo es al azar, exceptuando quizá el color con el que juegas. Nunca se sabe que número los dados te entregarán ni tampoco donde te hospedarás después de hacer tu movimiento. Tampoco sabes si quien juega inmediatamente después de ti caerá exactamente donde estás detenido o si al menos por esta vez la suerte estuvo de tu mano y consigues salvarte...al menos durante esta jugada.
La vida es algo similar sólo que sin dados y en vez de tener cuatro súbditos todo cae sobre los hombros de un solo jugador. Tampoco existe un sólo destino y mucho menos existen 4 jugadores. Hay millones y algunos son considerados mucho más importantes que otros...sobrevivencia total. Sin embargo, nunca sabes cuando lo perderás todo o cuando se unan en conspiración individuos que buscan perjudicarte. ¡En el ludo y en la vida a veces hasta tus cercanos podrían potencialmente perjudicarte!
Luego de eso recuerdo que los años pasaron y de un año a otro se nos olvidó no solamente el ludo, sino que también jugar a las cartas e incluso a veces hasta sonreír.
Recordé el ludo y la vida en una caminata a solas por la alameda mientras hacia la hora para poder ir a trabajar. El mismo día que recordé un aniversario y vi a una mujer abrazada a un perro y que a la vez discutía con otro...cuan nociva es la locura y cuan fuerte es la imaginación.
Al menos el perro sacó barata su intromisión en la discusión en comparación conmigo. Su pata le dolerá con suerte un par de días, no obstante en mi algunos dolores durarán toda la vida.
Música para degustar: "The Severed Garden"
...'I will not go
Prefer a feast of friends
To the giant family'
De todos los juegos que disputé el que más recuerdo -y que aún disfruto sólo por la magia y comparación que le atribuyo con la vida misma- es el ludo. Aquel juego donde algunos compañeros ensuciaron su boca maldiciendo un movimiento que les provocaba perderlo todo, aunque olvidaban fácilmente las risas y burlas que les producía ser ellos quienes so convirtieran en arrebatadores. Los victimarios.
En el ludo todo es al azar, exceptuando quizá el color con el que juegas. Nunca se sabe que número los dados te entregarán ni tampoco donde te hospedarás después de hacer tu movimiento. Tampoco sabes si quien juega inmediatamente después de ti caerá exactamente donde estás detenido o si al menos por esta vez la suerte estuvo de tu mano y consigues salvarte...al menos durante esta jugada.
La vida es algo similar sólo que sin dados y en vez de tener cuatro súbditos todo cae sobre los hombros de un solo jugador. Tampoco existe un sólo destino y mucho menos existen 4 jugadores. Hay millones y algunos son considerados mucho más importantes que otros...sobrevivencia total. Sin embargo, nunca sabes cuando lo perderás todo o cuando se unan en conspiración individuos que buscan perjudicarte. ¡En el ludo y en la vida a veces hasta tus cercanos podrían potencialmente perjudicarte!
Luego de eso recuerdo que los años pasaron y de un año a otro se nos olvidó no solamente el ludo, sino que también jugar a las cartas e incluso a veces hasta sonreír.
Recordé el ludo y la vida en una caminata a solas por la alameda mientras hacia la hora para poder ir a trabajar. El mismo día que recordé un aniversario y vi a una mujer abrazada a un perro y que a la vez discutía con otro...cuan nociva es la locura y cuan fuerte es la imaginación.
Al menos el perro sacó barata su intromisión en la discusión en comparación conmigo. Su pata le dolerá con suerte un par de días, no obstante en mi algunos dolores durarán toda la vida.
Música para degustar: "The Severed Garden"
...'I will not go
Prefer a feast of friends
To the giant family'
