domingo, abril 8

27

Y llegué a los 27, esa edad que veía lejana y mítica en mi juventud y que de alguna forma u otra me significaría un cambio monumental para todo lo que había pasado y lo que fuera a pasar. Llevo una semana con esa edad y sigo igual que a los 26, 25, 24, 23 y un largo etc. Sin embargo, creo que poco antes de los 27 llevaba una vida relativamente normal con algunos sueños cumplidos y otros no y el verdadero cambio de todo eso es que tomé una decisión que fue aplaudida y apoyada por quienes necesitaba que lo hicieran. Los que me han apoyado en cada uno de los momentos cruciales de mi existencia.
Hasta el año pasado tenía un empleo estancado, en un lugar con poco futuro y un montón de problemas gratis que siendo bien honesto no eran pagable por ese sueldo a fin de mes, aunque ha sido por lejos el mejor que he tenido en mi vida. En el momento "X" me aburrí me deprimí y por si fuera poco comencé a sentir que si seguía de esa forma sólo conseguiría arruinarle a todos sus vidas con el simple hecho de que me vieran llegar a casa con cara de derrota y pensando que quizá la mejor opción era hacer otra cosa. Y fue así, que teniendo una opción en mis manos dejé ir todo lo del año pasado y traté de conseguir "libertad". No obstante, olvidé cerrar mis dedos y perdí esa nueva oportunidad...y ahí quedé una vez más, en el aire, desamparado y expectante de todo, culpando a los 4 vientos la mala suerte de mi vida y de sentir que siendo mejor que la mayoría del resto no podía conseguir absolutamente nada de lo que he querido en mi vida.
Ya no le doy más vueltas al asunto, venga lo que venga veré si realmente me convence porque ya a esta altura estoy cansado de dar más de lo que recibí, como a aquella persona que tanto amé y a quien le di todo pensando sólo en su beneficio y me acusó dudosamente de ser un egoísta o de aquel amigo que traté de hermano y me olvidó en cuanto consiguió un trabajo en donde su círculo social nos dejó relegados a varios...o como también cuando no dije a mi tío y a mi abuelo que partieron el año pasado cuán agradecido estaba de haber sido parte de sus vidas.
En fin, hoy me dedico a escribir un libro, buscar un nuevo trabajo, amar a quienes merecen que lo haga y a disfrutar de besar a ese torso desnudo cuando llega la hora de cambiarle el pañal. No tengo nada, nunca lo tuve pero ahora que me di cuenta de ello es cuando valoro que soy libre y que quienes están conmigo hoy son quienes más que esperar algo de mí sólo desean que pasemos un buen rato y podamos ser capaces de retribuir lo que entregamos.
Ahora no gano plata y esa fue la verdadera llave de mi felicidad, el desapego total por lo material que a muchos hoy no los deja siquiera pensar.

Música para degustar: "God gave rock n' roll to you"