viernes, marzo 16

En el baldío

Las garras de un terrible ser,
desplumaban a un ángel en el cielo,
desde aquí lo ví caer,
hacia el baldío de los misterios,
yo corrí desesperado,
sentí el ardor de una herida abierta,
estaba el ángel ahí tirado,
y en sus ojos habló la tristeza.

No me mires así,
Dios me ha hecho para caer,
y no sientas pena por mí,
tal vez vivir cueste el pecado,
y si todo lo soñado,
no vive en la realidad,
es el ángel que te cuida,
el que ves caído acá.

Las espinas del cardo santo,
lo abrazaron en su caída,
entre sahumerios de basura,
el ángel aquel se moría,
se hundió un vacío a mis espaldas,
y sentí que solo me quedaba,
en el baldío de los misterios,
con esos ojos tristes que me hablaban.

No me mires así...

Es el ángel que te cuida,
que se está muriendo acá

En el baldío (La Renga)


Quizá esta canción sea el mejor ejemplo para definir lo que me sucedió un 17 de marzo hace exactamente un año.
Sinceramente para mí fue el peor día de mi vida en donde sufrí la perdida más dolorosa que he expermientado en mis casi 22 años. Un día que díficilmente será olvidado de mi vida y el cual para siempre dejará una cicatriz en mi corazón, un día que hice lo más fuerte que he hecho y en donde volví a ser un niño...débil, pequeño, suceptible, incapaz... Un día que en mi vida no debería haber existido, un día en que por las buenas o malas me tocó jugar con la vida ajena y donde no tuve más remedio que hacer lo que en mi niñez un adulto debería haber hecho.
En un futuro cuando la cicatriz se haga más parte de mi vida y donde aprenda a cargar con esa cruz sin sentirme culpable podré decir que es un tema superado y podré rehacer mi vida en ese aspecto nuevamente, sin embargo hoy no puedo y no es porque no quiera sino que es porque el dolor aún es fuerte y por más tiempo que pase no logro acostumbrarme a esta perdida.
Naciste un 14 de febrero del 1992 y te fuiste un 17 de marzo del 2007, viviste conmigo 14 años y ese maldito reloj llamado tiempo te termino llevando al igual que en algún momento me llevara a mí y ahí recién te volvere a ver, abrazar y vivir nuevamente conmigo.
Te amé, te amo y te amaré siempre aunque no estes y físicamente hoy no seas más que una foto más en mi pared, te extrañaré siempre y por sobretodo siempre te recordare.
Espero que desde hoy mi dolor se haga más fácil de cargar y por sobretodo que ya tu recuerdo no sea tan triste, sino que pase a ser más alegre por más díficil que eso sea.

Te amo Daisy, ¡¡ojalá que de mi parte desde hoy descanses más en paz!!