viernes, abril 25

La Niebla


Mucha gente cree o siente que la niebla tiene algo maléfico, probablemente alimentado por aquella imagen que puede despertar en nuestro subconsciente el londres de jack el destripador. Sin embargo, a mi me atrae pues imagino que tras ella sobreviven aquellas cosas que hacen que cada esquina pueda transformarse en una opción en donde no sabemos que puede ocurrirnos y en donde el riesgo se respira y -como en pocas ocasiones ocurre- es visible...como diríamos quienes aún tratamos de encontrar magia en cosas monótonas y poco optimistas para el resto...
La niebla siempre ha estado presente en mi vida de una forma u otra, desde aquel día en donde comenzaba a dar pasos equívocos en un patio siguiendo una pelota, hasta hoy en donde esos mismos pasos me hacían transitar por calles conocidas pero que las había dejado de visitar hace años por propósitos diferentes. Hoy la niebla mojaba no sólo el pavimento, las rejas, los árboles y la ropa, sino que también bañaba al alma como siempre lo hace.
...Es cierto, hoy el frío a las 6:30 de la mañana era intenso y llegaba a los huesos como lo hizo antes en aquella pieza de madera. Con la diferencia que hoy el techo no era más que el cielo y un enorme edificio dedicado a un ser espiritual que hoy contaba además con adornos patrióticos. Quizá es esto lo que me hace amar tanto maipú, ya que además de tener parajes pintorescos, cuenta con niebla prácticamente de abril a septiembre...como dijo alguien por ahí, es el londres de Chile. Aunque como bien es sabido la mitificación de algo se hace al enaltecer rasgos o situaciones inexistentes, por lo que optaré por omitir la razón real de la existencia de este microclima en esta zona de santiago...¡No!, jamás diré que este suceso resulta debido a un terreno que literalmente es un...
Mientras esperaba el bus en la mañana, veía como la niebla cubría enormes construcciones del hombre e imaginaba que sensación sentiría un viernes 25 de abril de 2008 al tocar algo tan misterioso y húmedamente congelado y no encontré más que una sola palabra para aquello, el infinito.
Dejé de ser muchas cosas y de a poco he comenzado a ser otras, a que me gusten otras o bien a redescubrirlas. Como diría tiempo atrás en momentos de reflexión, no somos más que materia cambiante que disfruta de cosas que cree son nuevas pero que en realidad siempre han estado a nuestro alrededor.

Música para degustar: "Entre la niebla"


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