
Un recuerdo, una palabra y una canción. Una clase de inglés, dos cigarrillos, dos temas de violeta parra, una conversación con mamá y la foto de un nuevo ser. Posibles problemas de familia y una conversación sin responder desde hace horas. Un amigo con trabajo nuevo y otro sin una salida a una vida vacía y directa al suelo.
Cincuenta y ocho días con poco oxigeno y miles de cosas que hacer. 22 años e increíblemente no hay tiempo ni siquiera cuando hubo que esperar 365 días. Una hermosa joven sufriendo en el asiento trasero de un bus y 150 razones para escapar de esta ciudad...aunque ya sea solo. Un recordatorio en cada papel tirado sobre la cama. Cartas llenas de amor y buenos deseos sin escribir que se intentan borrar en la memoria.
Tratar de actuar como un idiota las horas en que no duermo y tratar de escapar de sueños inestables que a ratos se transforman más que en sueños en pesadillas. Un mundo por conocer y un concierto que jamás realizaré junto con canciones que hice y jamás tendrán audiencia que las aplaudan ni fanáticos que se puedan identificar.
Fuck!
En un carro de olvido,
antes del aclarar,
de una estación del tiempo
decidido a rodar,
Run Run se fue pa'l norte,
no sé cuándo vendrá;
vendrá para el cumpleaños
de nuestra soledad.
A los tres días carta
con letras de coral
me dice que su viaje
se alarga más y más,
se va de Antofagasta
sin dar una señal,
y cuenta una aventura
que paso a deletrear.
¡Ay, ay, ay, de mí!
Al medio de un gentío
que tuvo que afrontar,
un trasbordo por culpa
del último huracán,
en un puente quebrado
cerca de Vallenar,
con una cruz al hombro
Run Run debió cruzar.
Run Run siguió su viaje;
llegó a Tamarugal,
Sentado en una piedra
se puso a divagar
"que sí", "que esto", "que lo otro",
"que nunca", "que además",
"que la vida es mentira",
"que la muerte es verdad".
¡Ay, ay, ay, de mí!
La cosa es que una alforja
se puso a trajinar,
sacó papel y tinta,
y un recuerdo quizás;
sin pena ni alegría,
sin gloria ni piedad,
sin rabia ni amargura,
sin hiel ni libertad,
vacía como el hueco
del mundo terrenal,
Run Run mandó su carta
por mandarla no más.
Run Run se fue pa'l norte,
yo me quedé en el sur;
al medio hay un abismo
sin música ni luz.
¡Ay, ay, ay, de mí!
El calendario afloja
por las ruedas del tren;
los números del año,
sobre el filo del riel.
Más vueltas dan los fierros,
más nubes en el mes,
más largos son los rieles,
más agrio es el después.
Run Run se fue pa'l norte,
¡qué le vamos a hacer!
Así es la vida entonces,
espinas de Israel;
amor crucificado,
coronas del desdén,
los clavos del martirio,
el vinagre y la hiel.
¡Ay, ay, ay, de mí!
Cincuenta y ocho días con poco oxigeno y miles de cosas que hacer. 22 años e increíblemente no hay tiempo ni siquiera cuando hubo que esperar 365 días. Una hermosa joven sufriendo en el asiento trasero de un bus y 150 razones para escapar de esta ciudad...aunque ya sea solo. Un recordatorio en cada papel tirado sobre la cama. Cartas llenas de amor y buenos deseos sin escribir que se intentan borrar en la memoria.
Tratar de actuar como un idiota las horas en que no duermo y tratar de escapar de sueños inestables que a ratos se transforman más que en sueños en pesadillas. Un mundo por conocer y un concierto que jamás realizaré junto con canciones que hice y jamás tendrán audiencia que las aplaudan ni fanáticos que se puedan identificar.
Fuck!
Run Run Se Fué Pa'l Norte
Violeta Parra
En un carro de olvido,
antes del aclarar,
de una estación del tiempo
decidido a rodar,
Run Run se fue pa'l norte,
no sé cuándo vendrá;
vendrá para el cumpleaños
de nuestra soledad.
A los tres días carta
con letras de coral
me dice que su viaje
se alarga más y más,
se va de Antofagasta
sin dar una señal,
y cuenta una aventura
que paso a deletrear.
¡Ay, ay, ay, de mí!
Al medio de un gentío
que tuvo que afrontar,
un trasbordo por culpa
del último huracán,
en un puente quebrado
cerca de Vallenar,
con una cruz al hombro
Run Run debió cruzar.
Run Run siguió su viaje;
llegó a Tamarugal,
Sentado en una piedra
se puso a divagar
"que sí", "que esto", "que lo otro",
"que nunca", "que además",
"que la vida es mentira",
"que la muerte es verdad".
¡Ay, ay, ay, de mí!
La cosa es que una alforja
se puso a trajinar,
sacó papel y tinta,
y un recuerdo quizás;
sin pena ni alegría,
sin gloria ni piedad,
sin rabia ni amargura,
sin hiel ni libertad,
vacía como el hueco
del mundo terrenal,
Run Run mandó su carta
por mandarla no más.
Run Run se fue pa'l norte,
yo me quedé en el sur;
al medio hay un abismo
sin música ni luz.
¡Ay, ay, ay, de mí!
El calendario afloja
por las ruedas del tren;
los números del año,
sobre el filo del riel.
Más vueltas dan los fierros,
más nubes en el mes,
más largos son los rieles,
más agrio es el después.
Run Run se fue pa'l norte,
¡qué le vamos a hacer!
Así es la vida entonces,
espinas de Israel;
amor crucificado,
coronas del desdén,
los clavos del martirio,
el vinagre y la hiel.
¡Ay, ay, ay, de mí!