Ventana Al Mundo

Desde la ventana se veían cartas volando que tenían como destino inocentes, tal vez por eso ninguna voló hacía esa ventana. La inocencia se había perdido hace demasiado tiempo para pretender coger una.

Las caras de los inocentes estaban adornadas por sonrisas de los más hermosos diamantes y ojos tan grandes y brillantes como el sol. En la otra ventana sólo habitaba la soledad y la tristeza con caras de querer cambiar todo.
A media tarde las cartas dejaron de volar y dieron paso a juegos de niños, mientras en la ventana de la amargura se encendió una vela adornando el día en donde el mundo completo se amaba.
Durante la noche un ayuda memoria colocó todo en su lugar y todo se tranquilizó. Los niños fueron a dormir siendo cubiertos en sus camas por sus padres y dulces sueños llegaron. Horas más tarde ladraron perros en la calle, se escuchó un auto, un bocinazo, un televisor encendido y una botella con agua sobre la mesa miraba mientras relataba esta historia.
¡No!, ya no hay nada que hacer, sólo dormir, esperar el amanecer y esperar que una carta desvíe su camino y llegue a esa ventana.

Música para degustar: "Mariposa Technicolor" (Fito Paez).