
Habían frases que realmente a él lo volvían loco con el sólo hecho de cuestionarse sucesos importantes de la vida como tópico general. Siempre fue un tipo correcto y rara vez se le vio enfadado con alguien, era así como el tipo que a todos le caía bien y con quien te habría gustado disfrutar una cerveza algún día si querías conversar cuando tenías 20 años. En aquella época te daba gusto ser su amigo y tenías un futuro construido para cambiar el mundo junto a un ser irrepetible y digno de ser recordado por siempre cuando llegara su día.
Al terminar cierta época de su vida sufrió la transformación que podríamos denominar... ¿"La venta al sistema"? ¡quien sabe!. Lo que si pasó en realidad fue que se olvidó de lo que había querido cuando era aún un adolescente y abrazó porque quiso, una adultez más oscura que la de cualquiera de sus camaradas de generación. Y digo oscura no por haberse transformado en quien menos te hubiese gustado si era tu amigo, sino que cambió hasta el punto de olvidarse de si mismo. Olvidó que tenía una vida por vivir, que era un tipo que si quería y se lo proponía podía ser capaz de conseguirlo todo debido a su buena llegada con la gente, olvido también que era tan buen negociador que podía dar vuelta a quien quisiera a su favor debido a su gran talento con las palabras. Olvidó que todo lo anterior podría haberlo llevado a triunfar en cosas que habrían sido más provechosas que vivir encerrado en una oficina contestando su celular para excusarse con clientes. Había olvidado que no sólo lo profesional y su vida amorosa importaban... se había descuidado de si mismo y ya no sabía quien era.
El tiempo pasó y aquel tipo que habíamos conocido dejó de ser un centro de admiración. Ahora tenía un puesto importante en una multinacional y tenía sobre sus hombros el peso de cargar con más de un empleado inútil y flojo, no obstante para sus superiores no importaba porque era alguien que siempre cumplía lo que se le encargaba y gracias a él la compañía había recibido jugosos beneficios. Siempre era un tipo capaz y proactivo según sus empleadores.
Su mujer era profesional al igual que él pero hoy desempañaba labores domésticas debido a el trabajo constante de criar su hijo, cosa que era era agotadora. Además, ella no confiaba en nadie para cuidar a su retoño. Ella estaba feliz de haberle dado a ese hombre un bebe hermoso, sano y fuerte. Ella llegaba a pensar en que eso era lo que la vida le debía por haber sufrido tanto y por haberse ganado al hombre que en su momento fue codiciado por muchas mujeres. Lo que ella realmente ignoraba es que aquel hombre ya no sentía nada ahora y que cualquier pizca de amor que hubo en su momento se desvaneció con el paso del tiempo como reflejo de un amor poco cultivado por parte de ambos. De todas formas, él jamás iba a terminar su matrimonio debido a que no era políticamente correcto dejar a una mujer indefensa con un hijo a cuestas y más aún cuando un niño necesita tanto a su padre hoy en día... la inconsecuencia de los padres actuales.
Si tuviésemos que ponerle un calificativo a la vida de este hombre debía ser "tranquila". Tenía una vida sin sobresaltos, "era feliz", ganaba bien y de vez en cuando se juntaba con algunos "amigos" en algún happy hour para conversar de lo más interesante que hoy en día su vida podría ofrecer, el trabajo.
Era demasiado tarde, ya no volvería a ser aquel tipo que en su momento despertaba admiración por las locuras que llevaba a cabo ni tampoco por ser un motivador. Hoy en día era un ser de respeto sólo por ser el jefe y por su reputación de cortar cabezas. Se volvió un tipo frío, calculador y cualquier pensamiento dirigido desde su corazón se desvanecía tan rápido como el cigarrillo que tenía en mi boca el día que vi aquella noticia.
La última vez que lo vi me lo topé en el metro y ni siquiera le hablé, habría estado de más. Iba con el celular hablando con alguien y no caminaba, volaba. Creo que podríamos haber chocado y jamás me habría reconocido, quizá porque yo seguía de cierta forma siendo el mismo y ser eso para él era ser parte del problema para una sociedad en decadencia. Fue hace como 7 meses. Quizá en ese momento algo ya estaba cambiando en él... quien sabe y si es así debí haberlo saludado pero no lo hice, preferí seguir mi camino ya que creí que no me entendería.
El lunes abrí el diario y salía el suicidio de un gran ejecutivo de una empresa importante en su departamento. En la nota su mujer decía estar destrozada y no lo entendía porque ellos "lo tenían todo" y "eran felices". No podía ser otro, era él.
No pude comer bien ese día debido a la preocupación de mis últimas pesadillas... él salió en la última pidiéndome ayuda porque estaba aburrido de su vida, quería que volvieran los viejos tiempos y volviéramos a tomar el camino que alguna vez emprendimos, aunque le daba vueltas el hecho de estar fisicamente más viejo y que quizá nadie lo tomaría en cuenta. Me dijo que dejaría a su familia... prefería dejarlo todo por seguir el sueño que alguna vez dejó escapar en vez de ser un "padre y esposo de mierda por siempre".
Hay veces que desearía que todos los que fuimos hubiésemos seguido siendo, pero eso es como pedir que la vida sea perfecta... nunca podemos dejar en brazos de otros nuestro destino y menos cuando ni siquiera saben que hacen con sus propias vidas... al menos yo moriré feliz pensé...
Al terminar cierta época de su vida sufrió la transformación que podríamos denominar... ¿"La venta al sistema"? ¡quien sabe!. Lo que si pasó en realidad fue que se olvidó de lo que había querido cuando era aún un adolescente y abrazó porque quiso, una adultez más oscura que la de cualquiera de sus camaradas de generación. Y digo oscura no por haberse transformado en quien menos te hubiese gustado si era tu amigo, sino que cambió hasta el punto de olvidarse de si mismo. Olvidó que tenía una vida por vivir, que era un tipo que si quería y se lo proponía podía ser capaz de conseguirlo todo debido a su buena llegada con la gente, olvido también que era tan buen negociador que podía dar vuelta a quien quisiera a su favor debido a su gran talento con las palabras. Olvidó que todo lo anterior podría haberlo llevado a triunfar en cosas que habrían sido más provechosas que vivir encerrado en una oficina contestando su celular para excusarse con clientes. Había olvidado que no sólo lo profesional y su vida amorosa importaban... se había descuidado de si mismo y ya no sabía quien era.
El tiempo pasó y aquel tipo que habíamos conocido dejó de ser un centro de admiración. Ahora tenía un puesto importante en una multinacional y tenía sobre sus hombros el peso de cargar con más de un empleado inútil y flojo, no obstante para sus superiores no importaba porque era alguien que siempre cumplía lo que se le encargaba y gracias a él la compañía había recibido jugosos beneficios. Siempre era un tipo capaz y proactivo según sus empleadores.
Su mujer era profesional al igual que él pero hoy desempañaba labores domésticas debido a el trabajo constante de criar su hijo, cosa que era era agotadora. Además, ella no confiaba en nadie para cuidar a su retoño. Ella estaba feliz de haberle dado a ese hombre un bebe hermoso, sano y fuerte. Ella llegaba a pensar en que eso era lo que la vida le debía por haber sufrido tanto y por haberse ganado al hombre que en su momento fue codiciado por muchas mujeres. Lo que ella realmente ignoraba es que aquel hombre ya no sentía nada ahora y que cualquier pizca de amor que hubo en su momento se desvaneció con el paso del tiempo como reflejo de un amor poco cultivado por parte de ambos. De todas formas, él jamás iba a terminar su matrimonio debido a que no era políticamente correcto dejar a una mujer indefensa con un hijo a cuestas y más aún cuando un niño necesita tanto a su padre hoy en día... la inconsecuencia de los padres actuales.
Si tuviésemos que ponerle un calificativo a la vida de este hombre debía ser "tranquila". Tenía una vida sin sobresaltos, "era feliz", ganaba bien y de vez en cuando se juntaba con algunos "amigos" en algún happy hour para conversar de lo más interesante que hoy en día su vida podría ofrecer, el trabajo.
Era demasiado tarde, ya no volvería a ser aquel tipo que en su momento despertaba admiración por las locuras que llevaba a cabo ni tampoco por ser un motivador. Hoy en día era un ser de respeto sólo por ser el jefe y por su reputación de cortar cabezas. Se volvió un tipo frío, calculador y cualquier pensamiento dirigido desde su corazón se desvanecía tan rápido como el cigarrillo que tenía en mi boca el día que vi aquella noticia.
La última vez que lo vi me lo topé en el metro y ni siquiera le hablé, habría estado de más. Iba con el celular hablando con alguien y no caminaba, volaba. Creo que podríamos haber chocado y jamás me habría reconocido, quizá porque yo seguía de cierta forma siendo el mismo y ser eso para él era ser parte del problema para una sociedad en decadencia. Fue hace como 7 meses. Quizá en ese momento algo ya estaba cambiando en él... quien sabe y si es así debí haberlo saludado pero no lo hice, preferí seguir mi camino ya que creí que no me entendería.
El lunes abrí el diario y salía el suicidio de un gran ejecutivo de una empresa importante en su departamento. En la nota su mujer decía estar destrozada y no lo entendía porque ellos "lo tenían todo" y "eran felices". No podía ser otro, era él.
No pude comer bien ese día debido a la preocupación de mis últimas pesadillas... él salió en la última pidiéndome ayuda porque estaba aburrido de su vida, quería que volvieran los viejos tiempos y volviéramos a tomar el camino que alguna vez emprendimos, aunque le daba vueltas el hecho de estar fisicamente más viejo y que quizá nadie lo tomaría en cuenta. Me dijo que dejaría a su familia... prefería dejarlo todo por seguir el sueño que alguna vez dejó escapar en vez de ser un "padre y esposo de mierda por siempre".
Hay veces que desearía que todos los que fuimos hubiésemos seguido siendo, pero eso es como pedir que la vida sea perfecta... nunca podemos dejar en brazos de otros nuestro destino y menos cuando ni siquiera saben que hacen con sus propias vidas... al menos yo moriré feliz pensé...
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