La inocencia no es nada más que aquello que nos hace pensar, sentir, creer y hacer cosas pensando en que todo y todos son buenos, motivo por el cual nada malo nos sucederá.
Desde hace unos días los chilenos volvimos a sentirnos inocentes, aunque esta vez no por asuntos políticos (¿Seguro que no?...no estoy tan seguro), sino que por asuntos de la naturaleza, la que nos restregó en la cara que lo todopoderosos que nos declaramos no es más que un invento, ya que con probablemente lo mínimo de su fuerza nos arrasó ciudades, pueblos, barcos, automóviles, familias y personas anónimas que hoy nadan en el océano de la desaparición.
Aquel 27 de febrero nos hizo morir y volver a nacer -y siendo positivos- nos brindó una nueva oportunidad para levantarnos como hermanos. Asunto que a simple vista parece estar resultando.
Pese a todo lo que escribí en los párrafos anteriores, esta vez no me quiero referir a la inocencia que perdimos como país en esta tragedia, sino en como vio la tragedia un niño de una de las localidades más azotadas por el cataclismo.
Si usted ha visto "el video de moda" en internet, de seguro sabe de quien estoy hablando, de Víctor Díaz, el niño de Iloca que con un carisma, personalidad y fuerza decidió hacerles un tour gratuito dentro de la destrucción y el llanto en silencio que emana de su pueblo a algunos periodistas del diario "La Tercera".
Al ver este niño, de seguro nos ponemos más tiernos, queremos ayudarlo y deseamos de corazón que llegue la ayuda que a su manera nos pide. No pensamos como ciudadanos del mismo país que somos, tampoco como personas que sentimos pena por otros, sino que como humanos que somos; motivo por el cual todo esto debería haberse superado al día siguiente de la tragedia, así como debería haber ocurrido en Haití y como hace rato deberíamos haber derrotado las barreras políticas, económicas y religiosas que en vez de unirnos nos separan. Siempre fue, es y será fácil terminar con el dolor de los otros, aunque por una razón u otra, a veces con justificación y otras veces sin siquiera dar una causa nos negamos a hacerlo...por más que quieran músicos y artistas en general, jamás podrán crear un show o un evento en donde acaben con el hambre, ni mucho menos la codicia, la avaricia, la corrupción, la desigualdad y el dinero.
Víctor es ese reflejo que solamente un niño puede dar, pues un adulto jamás pensaría en actuar como lo hizo él. Nosotros los adultos preferimos darnos trompadas en vez de conversar y recogernos las mangas para trabajar. Víctor es el niño que llevamos dentro, ese que tiene ganas de llorar pero que no lo hace por ser un adulto, el niño que quiere sacarse la corbata y ponerse a jugar con los otros niños al llegar del trabajo pero que prefiere recrear una conversación previamente podrida con su patética familia que a esta altura con suerte conoce. Víctor es aquella persona que tiene toda una vida para decidir que hará para contribuir al mundo, pues sin importar los años que pasen siempre será tiempo de hacerlo. Víctor es el niño que nos demuestra que la inocencia aún no se ha perdido y que cuando ello ocurra se transformará realmente en nuestro 2012.
Música para degustar: "Backwater"
PD: Si aún no ha visto el video, por favor hágase un favor y vaya a youtube y ponga "Víctor Díaz el "Zafrada"
Desde hace unos días los chilenos volvimos a sentirnos inocentes, aunque esta vez no por asuntos políticos (¿Seguro que no?...no estoy tan seguro), sino que por asuntos de la naturaleza, la que nos restregó en la cara que lo todopoderosos que nos declaramos no es más que un invento, ya que con probablemente lo mínimo de su fuerza nos arrasó ciudades, pueblos, barcos, automóviles, familias y personas anónimas que hoy nadan en el océano de la desaparición.
Aquel 27 de febrero nos hizo morir y volver a nacer -y siendo positivos- nos brindó una nueva oportunidad para levantarnos como hermanos. Asunto que a simple vista parece estar resultando.
Pese a todo lo que escribí en los párrafos anteriores, esta vez no me quiero referir a la inocencia que perdimos como país en esta tragedia, sino en como vio la tragedia un niño de una de las localidades más azotadas por el cataclismo.
Si usted ha visto "el video de moda" en internet, de seguro sabe de quien estoy hablando, de Víctor Díaz, el niño de Iloca que con un carisma, personalidad y fuerza decidió hacerles un tour gratuito dentro de la destrucción y el llanto en silencio que emana de su pueblo a algunos periodistas del diario "La Tercera".
Al ver este niño, de seguro nos ponemos más tiernos, queremos ayudarlo y deseamos de corazón que llegue la ayuda que a su manera nos pide. No pensamos como ciudadanos del mismo país que somos, tampoco como personas que sentimos pena por otros, sino que como humanos que somos; motivo por el cual todo esto debería haberse superado al día siguiente de la tragedia, así como debería haber ocurrido en Haití y como hace rato deberíamos haber derrotado las barreras políticas, económicas y religiosas que en vez de unirnos nos separan. Siempre fue, es y será fácil terminar con el dolor de los otros, aunque por una razón u otra, a veces con justificación y otras veces sin siquiera dar una causa nos negamos a hacerlo...por más que quieran músicos y artistas en general, jamás podrán crear un show o un evento en donde acaben con el hambre, ni mucho menos la codicia, la avaricia, la corrupción, la desigualdad y el dinero.
Víctor es ese reflejo que solamente un niño puede dar, pues un adulto jamás pensaría en actuar como lo hizo él. Nosotros los adultos preferimos darnos trompadas en vez de conversar y recogernos las mangas para trabajar. Víctor es el niño que llevamos dentro, ese que tiene ganas de llorar pero que no lo hace por ser un adulto, el niño que quiere sacarse la corbata y ponerse a jugar con los otros niños al llegar del trabajo pero que prefiere recrear una conversación previamente podrida con su patética familia que a esta altura con suerte conoce. Víctor es aquella persona que tiene toda una vida para decidir que hará para contribuir al mundo, pues sin importar los años que pasen siempre será tiempo de hacerlo. Víctor es el niño que nos demuestra que la inocencia aún no se ha perdido y que cuando ello ocurra se transformará realmente en nuestro 2012.
Música para degustar: "Backwater"
PD: Si aún no ha visto el video, por favor hágase un favor y vaya a youtube y ponga "Víctor Díaz el "Zafrada"
1 comentario:
sabes, siendo honesta q es lo que diriamios q es la buena forma de actuar y que yo lo valoro mucho en las personas y de hecho siento q es parte de mis fortalezas (por llamarlo así) me he sentido estupida por serlo, y he pasado por ser amarga por decir NO.
A mis 30 prefiero ser amarga para otros pero dulce para mi conciencia :D
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