Recuerdo una vez algún tiempo atrás cuando un amigo me dijo que los tipos que cantaban o escribían canciones románticas habían vivido todas las cosas malas que trae consigo el amor, ya que sin eso era imposible -según él- escribir algo que te hiciera al escucharlo hacerte mierda. Desde ahí, ese mismo personaje me confirmó su ignorancia en cualquier tema en donde asumir algo era o debía ser importante.
Y es que pensar que un tipo que escribe una canción necesariamente ha vivido lo que relata es una estupidez, pues hablar y escribir no es más que un don cuyo único fin es la intención que quién lo escribe tenga con su relato y no necesariamente expresar sus vivencias. Muchas veces hemos conocido personas con "el don de la palabra" y terminan siendo perfectas maquinas para manipular tanto situaciones como personas. No obstante, en el fondo son sólo unas "mierdas de seres humanos" cuyo único fin es adornar su entorno para su propio beneficio. Son los que valen la pena recordar por un sólo motivo, para mantenerte firme y decirte de vez en cuando "antes que ser este tipo de persona prefiero seguir siendo la mierda que soy".
Hay tipos que usan su don de la palabra para conquistar mujeres (aquí cabe la mayoría de los hombres, ya que inteligentes no son ¡¡son calientes!!...digamos las cosas como son), otros en política, negocios, arte, educación y hasta para safarse de algún problema. Sin embargo, muy pocos logran de verdad poder expandir aquel don y llevarlo a algo más elevado, como sería poder dar a luz a creaciones tanto de valor literaria, como también podrían ser históricas o gubernamentales y desde ahí verdaderamente contribuir en algo a nuestra descendencia.
Cierto personaje (y digo personaje porque no vale la pena llamarlo persona) que conozco en cierto lugar o que mejor dicho conocí -porque espero de corazón no volver ni ahí ni volver a topármelo- era de aquellos cuya boca era una bendición para conseguir lo que deseaba (que generalmente tenía que ver con satisfacer única y exclusivamente su ego) pero que a la vez a muchos engañaba con sólo adornar palabras comunes y corrientes en algo que parecía ser diferente y único. Sé que muchos cayeron y en cierto momento quisieron que cayera en ese jueguito también, pero lamentablemente para él (cuya lengua a lamido más botas que ríos tiene Venecia) creo ser su espina clavada, puesto que por más intentos que hizo jamás le compré el cuentito de su autoformada estatua de "carismático".
Sé que me queda bastante poco tiempo para llevar la vida que llevo y por lo mismo no me interesa entrar en discusiones con nadie, así que si llegas a leer esto (y demuestras ser tan inteligente como crees serlo entenderás que me refiero a ti. Además de buena fuente podría asumir que más de alguna vez has llegado aquí y hasta te deben haber picado tus dedos para poder escribir algo) espero que te quede claro que si me sigues buscando me encuentras y de manera bastante rápida, ya que la paciencia no es mi don.
Música para degustar: "Ain't it fun"
Y es que pensar que un tipo que escribe una canción necesariamente ha vivido lo que relata es una estupidez, pues hablar y escribir no es más que un don cuyo único fin es la intención que quién lo escribe tenga con su relato y no necesariamente expresar sus vivencias. Muchas veces hemos conocido personas con "el don de la palabra" y terminan siendo perfectas maquinas para manipular tanto situaciones como personas. No obstante, en el fondo son sólo unas "mierdas de seres humanos" cuyo único fin es adornar su entorno para su propio beneficio. Son los que valen la pena recordar por un sólo motivo, para mantenerte firme y decirte de vez en cuando "antes que ser este tipo de persona prefiero seguir siendo la mierda que soy".
Hay tipos que usan su don de la palabra para conquistar mujeres (aquí cabe la mayoría de los hombres, ya que inteligentes no son ¡¡son calientes!!...digamos las cosas como son), otros en política, negocios, arte, educación y hasta para safarse de algún problema. Sin embargo, muy pocos logran de verdad poder expandir aquel don y llevarlo a algo más elevado, como sería poder dar a luz a creaciones tanto de valor literaria, como también podrían ser históricas o gubernamentales y desde ahí verdaderamente contribuir en algo a nuestra descendencia.
Cierto personaje (y digo personaje porque no vale la pena llamarlo persona) que conozco en cierto lugar o que mejor dicho conocí -porque espero de corazón no volver ni ahí ni volver a topármelo- era de aquellos cuya boca era una bendición para conseguir lo que deseaba (que generalmente tenía que ver con satisfacer única y exclusivamente su ego) pero que a la vez a muchos engañaba con sólo adornar palabras comunes y corrientes en algo que parecía ser diferente y único. Sé que muchos cayeron y en cierto momento quisieron que cayera en ese jueguito también, pero lamentablemente para él (cuya lengua a lamido más botas que ríos tiene Venecia) creo ser su espina clavada, puesto que por más intentos que hizo jamás le compré el cuentito de su autoformada estatua de "carismático".
Sé que me queda bastante poco tiempo para llevar la vida que llevo y por lo mismo no me interesa entrar en discusiones con nadie, así que si llegas a leer esto (y demuestras ser tan inteligente como crees serlo entenderás que me refiero a ti. Además de buena fuente podría asumir que más de alguna vez has llegado aquí y hasta te deben haber picado tus dedos para poder escribir algo) espero que te quede claro que si me sigues buscando me encuentras y de manera bastante rápida, ya que la paciencia no es mi don.
Música para degustar: "Ain't it fun"
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