Los locos

Los locos cantan solos, mueven su boca como si quienes van a su alrededor estuvieran asistiendo al concierto que gratuitamente ofrecen cada vez que andan sobre un bus cubriendo las rutas de aquellas enormes distancias en ciudades mal diseñadas.
Los locos a veces se apiadan de otros locos y al entrar a una estación de metro sienten un extraño sentimiento que despierta al lagrimal luego de ver escenas de películas que preferirían no ver. Sin embargo, si bien sabemos que los locos pueden inventar un mundo interior, no pueden derrotar las leyes de la física y aquella relación tiempo y espacio es inquebrantable, por lo que algunas imágenes son imposibles de evitar.
Los locos creen al igual que todo el mundo que el amor se cultiva hasta morir. No obstante, son los únicos que realmente lo hacen.
Los locos son los únicos que antes de ausentarse saben que a su regreso las cosas jamás serán como eran y mucho menos a quienes dejó. Al parecer la locura permite que los ojos vean más allá de la luz y la sombra que es permitida.
Los locos ven y escuchan de conspiraciones por todas partes y saben que son los únicos que no están involucrados en ninguna. A veces la rabia y/o envidia los corroe.
Los locos sufren solos, porque saben que nadie los entiende ni mucho menos los puede consolar. Por mucho que el resto diga que han pasado por lo mismo.
Los locos leen, piensan y saben que es mejor pasar por loco que pasar por héroe, total a fin de cuentas muchos monumentos se podrán construir pero al pasar el tiempo todos les pierden el respeto.
Los locos actúan como adaptados porque saben que la libertad es impagable.
Y finalmente los locos a veces también pierden el tiempo, como escribiendo a horas donde deberían dormir.

Música para degustar: "2+2=3"