Una vez hace algunos años atrás conocí a una mujer que amé que había vivido fuera de Chile un tiempo -en Europa para ser más exacto- y decía que jamás volvería a repetir esa experiencia porque amaba demasiado a Chile. Por otra parte, he conocido el relato de personas que solamente han salido del país por algún tiempo y dicen que jamás dejarían esta angosta y larga franja de tierra. A diferencia de ellos, me encantaría viajar y recorrer el mundo, sin importar donde fuera y aunque sea por 1 día, amo la idea de conocer costumbres diferentes y personas provenientes de lugares tan diferentes como sea posible.
Este año como meta me propuse hacer un viaje en Mayo (no me interesa relatar donde porque es una necesidad del alma que si me da la gana en su momento la contaré) para empezar de a poco a conocer la experiencia y desde aquel momento hacer mi juicio sobre este tópico. Sin embargo, lo que me motiva esta vez a escribir es el hecho de cómo alguien puede llegar a amar un país tanto, como para renunciar a cualquier oferta o alas de mejoría en el extranjero. Reconozco ser un tipo cuyo amor por este país no es muy grande, no me siento identificado con muchas cosas y lo único que me podría atar es mi familia y si eso no ocurre, por nada ni nadie renunciaría -al menos- a vivir la experiencia.
Miro con cierto grado de incomprensión a esos tipos que celebran cada cosa ocurrida o atribuida a nuestro país, ya sea natural o adquirida y a la vez admiro a todos aquellos que tomaron sus cosas un día y partieron a buscar lo que sólo ellos sabían que hacían, arriesgaban, apostaban y perdían. Tengo casos cercanos de gente que partió y pasan los años y no vuelven, el último y más cercano de todos es el de una prima que partió a España en Abril pasado y dejó prácticamente todo acá con el fin de conseguir el sueño que la mayoría tiene cuando sale de Chile, conseguir dinero quebrándose la espalda mientras los Europeos, Americanos o quien sea, duermen sobre la flojera que ellos mismos se auto construyen. A diferencia de ellos, mi objetivo no es viajar para conseguir dinero y traerlo de vuelta acá, lo único que me motiva a dejar Chile es una necesidad graficada en mi pseudo experiencia infantil que tenía cada vez que enfermaba y la fiebre llegaba a los 41º ( a veces incluso 42º) y el delirio en mi cabeza se hacia presente.
Siempre he oído eso de "apenas dejas Chile empiezas a extrañar" y bueno, extrañando soy re bueno, pero no sé si caerá en mis sentimientos extrañar mi país. También debo aclarar que no me iría a meter a cualquier parte, por ejemplo, no iría al medio oriente porque considero que no me interesa ir a ese lugar, así como tampoco me llamaría la atención recorrer África. Aún existe la posibilidad de viajar al extranjero unos meses y no estoy seguro de si es realmente el lugar que quiero conocer, pero si me serviría para terminar de encontrarme, camino que ya empecé y va en bien pie.
Mi sueño sería Europa y empaparme en historia y también recorrer Sudamérica, pero quizá mochileando.
En fin, no entiendo a quienes extrañan a Chile aún pero espero entenderlos quizá cuando tenga la posibilidad de llevar mi cuerpo y alma donde sólo mis sueños hoy pueden hacerlo.
Soundtrack: "Violeta Ausente" (Versión de Los Jaivas que es la que más me gusta)
Este año como meta me propuse hacer un viaje en Mayo (no me interesa relatar donde porque es una necesidad del alma que si me da la gana en su momento la contaré) para empezar de a poco a conocer la experiencia y desde aquel momento hacer mi juicio sobre este tópico. Sin embargo, lo que me motiva esta vez a escribir es el hecho de cómo alguien puede llegar a amar un país tanto, como para renunciar a cualquier oferta o alas de mejoría en el extranjero. Reconozco ser un tipo cuyo amor por este país no es muy grande, no me siento identificado con muchas cosas y lo único que me podría atar es mi familia y si eso no ocurre, por nada ni nadie renunciaría -al menos- a vivir la experiencia.
Miro con cierto grado de incomprensión a esos tipos que celebran cada cosa ocurrida o atribuida a nuestro país, ya sea natural o adquirida y a la vez admiro a todos aquellos que tomaron sus cosas un día y partieron a buscar lo que sólo ellos sabían que hacían, arriesgaban, apostaban y perdían. Tengo casos cercanos de gente que partió y pasan los años y no vuelven, el último y más cercano de todos es el de una prima que partió a España en Abril pasado y dejó prácticamente todo acá con el fin de conseguir el sueño que la mayoría tiene cuando sale de Chile, conseguir dinero quebrándose la espalda mientras los Europeos, Americanos o quien sea, duermen sobre la flojera que ellos mismos se auto construyen. A diferencia de ellos, mi objetivo no es viajar para conseguir dinero y traerlo de vuelta acá, lo único que me motiva a dejar Chile es una necesidad graficada en mi pseudo experiencia infantil que tenía cada vez que enfermaba y la fiebre llegaba a los 41º ( a veces incluso 42º) y el delirio en mi cabeza se hacia presente.
Siempre he oído eso de "apenas dejas Chile empiezas a extrañar" y bueno, extrañando soy re bueno, pero no sé si caerá en mis sentimientos extrañar mi país. También debo aclarar que no me iría a meter a cualquier parte, por ejemplo, no iría al medio oriente porque considero que no me interesa ir a ese lugar, así como tampoco me llamaría la atención recorrer África. Aún existe la posibilidad de viajar al extranjero unos meses y no estoy seguro de si es realmente el lugar que quiero conocer, pero si me serviría para terminar de encontrarme, camino que ya empecé y va en bien pie.
Mi sueño sería Europa y empaparme en historia y también recorrer Sudamérica, pero quizá mochileando.
En fin, no entiendo a quienes extrañan a Chile aún pero espero entenderlos quizá cuando tenga la posibilidad de llevar mi cuerpo y alma donde sólo mis sueños hoy pueden hacerlo.
Soundtrack: "Violeta Ausente" (Versión de Los Jaivas que es la que más me gusta)
1 comentario:
No extrañas a Chile, sino, lo acustambrado que estas de hacer algunas cosas, conocer todo tal cual es, sentirte lejos y solo, es quizás lo que te hace echar de menos hasta lo más estúpido de este país (que a mi tampoco me gusta mucho...) Yo feliz viviría viajando! me encanta!! y viviría en otros países!! por suerte he conocido más de algún país...pero a pesar de todo, pasados algunos días y cuando la euforia de conocer, carretear y ver cosas nuevas pasa, siempre se terminando extrañando Chile...
PD: Algún día cumpliremos nuestro sueño de recorrer Europa tal como lo hemos conversado... y quién sabe si este mismo año nos arrancamos en grupo por ahí... eaea por ahora, se nos viene La Serena!! para mi no tal mal conocer algo de Chile...jajaja!!
Publicar un comentario